sábado, 1 de noviembre de 2008

This is hardcore

Me despierto con las luces rojas sobre mi rostro, la calle baila al ritmo del ocaso, siembro un par de besos de humo en tus hombros y no reaccionas; sigues mirando hacia el techo de la habitación de nuestros sueños confusos y borrachos. Hace días que no estamos sobrios. Hace días que no somos nosotros.

Las lagrimas se escurren y las luces crean sombras que se congelan en un instante; tu rostro deformado por la selva y los miles de arbustos decorando tu piel. Yo soy una luz de algún hotel barato, bailando con el ocaso y ahora con un gato. Ahora hay un gato que desaparece entre nuestros besos y nos observa con ansias. No lo entiendo ¿para que vino? ¿Por qué se enmaraña con mi cabello? ¿Por qué cada noche trata de cortarme las venas y dejarme ahí, escurriendo por las marquesinas?

¿Por que lo trajiste? Ahora ya no hay imágenes. Solo yo, siendo captada por un fantasma.

Ritos. Claves. El misterio de la vida y con el siempre viene un gato y me habla, y me susurra palabras incomprensibles al oído. Náhuatl de odio, viseras iluminadas, un hotel sediento de sangre, uñas, tu trozo de carne eliminando los rasgos de inocencia en mi interior.


Esta noche somos tres.

Esta noche me vengo sobre el ocaso y sus miles de habitantes, esta noche no somos más que un drama, un miserable episodio en la desgracia de la vida. Me arden los ojos, me tiemblan las piernas. Alguien no esta viendo, alguien nos quiere devorar los besos…



























Esta noche somos tres; aunque digas que estoy loca...

jueves, 18 de septiembre de 2008

Really hurt me baby

Todo vuela de repente, los días pasan y caen los recuerdo como gotas de lluvia, todo es una vía larga y el ferrocarril de mano estrujando las piedras hacia su rostro inexistente.


Él no existe, no esta aquí en realidad, lejos, me recuerda, y yo lo veo a través de los charcos urbanos, me congela el instante, vuela.


Creo que esta tarde estoy sola, muy sola, con mis imágenes, sola, dando besos pausados para el viento, que se congelan en nuestro tiempo, que no existe, nada existe, todo es mentira, todo es un edificio que se refleja en mis manos y la vida llena mentiras, mentiras.


Soy libre, las mentiras me hacen libre, los fantasmas me absorben lentamente a través de la hierba bajo mis pies, y un rostro, siempre hay un puto rostro de roca, inexpresivo como una estatua eterna, la estatua en mi memoria.









Abro las piernas.











































¿que me vas a hacer hoy?




Nada, un columpio rechinando, un barrio viejo, un par niños de humo bailando debajo de la lluvia. Tu y yo, columpiándonos bajo la lluvia.